Entrelazamiento cuántico (∂+m)ψ=0
La ecuación de Dirac: (∂+m)ψ=0
Esta fórmula fue descubierta en 1928 por el físico Paul Dirac. Su intención era encontrar una ecuación que, a diferencia de la de Schrödinger, (quien en 1926 desarrolla la formulación ondulatoria de la mecánica cuántica) cumpliera con los requisitos de la teoría de la relatividad especial de Einstein, es decir, que tratara por igual espacio y tiempo e incorporara la energía en reposo (E=mc²). La teoría detrás de la ecuación de Dirac es la siguiente:
Si dos sistemas interactúan uno con el otro durante un cierto período de tiempo y luego se separan, lo podemos describir como dos sistemas separados, pero de alguna manera sutil están convertidos en un solo sistema. Uno de ellos sigue influyendo en el otro, a pesar de kilómetros de distancia o años luz.
Posteriormente, en 1935, Einstein presentó, junto a sus alumnos Podolsky y Rosen, lo que se conoció como «la paradoja EPR». Donde se plantea que el fotón es una partícula portadora de luz y que estas ondas de luz se pueden propagar como ondas y también como partículas al mismo tiempo.
La paradoja expone que dos objetos que se encuentran físicamente separados, hasta por millones de kilómetros, pueden comunicarse. Que comparten información entre si y que su estado puede verse alterado, aunque, inicialmente solo uno de los dos objetos se haya visto afectado. Einstein llamaba a este hallazgo: Acción fantasmagórica a distancia.
La ecuación descubierta a finales de los años 20 por el físico Paul Dirac es, para muchos, la más bonita de todas, por su significado.
Conexión cuántica y Samskaras
La semilla que siembra toda experiencia.
Esta teoría del entrelazamiento cuántico o conexión cuántica, respalda, mediante la física, el hecho de que nos sintamos conectados a personas que ya nos están en nuestra vida, más allá de una cuestión de apego emocional.
Argumentando que dos partículas que estuvieron unidas, siguen estando, de algún modo, relacionadas, sin importar la distancia.
Esta teoría no es un argumento al cual aferrarnos para no superar rupturas o duelos. Para mí, es más bien un principio de causalidad y sincronicidad, incluso de karma.
Yo, personalmente, no me considero una persona romántica en el sentido dependiente que nos han vendido. Por lo tanto, la interpretación que saco de este estudio, es que el encuentro entre dos seres, siempre va a tener un resultado, un cambio, un aprendizaje y esa experiencia se va a prolongar en el tiempo y el espacio, va a dejar su semilla, su Samskara, que decimos en Yoga. (Hablaré con detalle de esto en otro artículo.)
Y esa conexión kármica será mayor en función al aprendizaje que nos haya aportado dicha experiencia. Por eso dicen que las parejas son nuestros/as grandes maestros/as, porque es la figura con la que más proyectamos en edad adulta y nos hace de espejo. Pero esta conexión no es exclusiva, ni mucho menos, de pareja.
Sabiendo esto, no se trata de venerar a los/las ex, sino de integrar y reconocer el crecimiento, el despertar que te aportó ese encuentro, del mismo modo que a la otra persona también le sembró sus samskaras esa relación.